El pasado 19 de Agosto, estaba hablando con dos amigas por WhatsApp. Una de ellas, Carmen, me estaba informándome del estado de salud de un amigo suyo (a quien no conozco). El 10 de Abril le dio un ataque epiléptico y al caer se dio un golpe tan fuerte en la cabeza que entró en estado crítico. A día de hoy, está ingresado en una clínica rehabilitadora neurológica, y tiene dañado en el cerebro los frontales y los temporales, respira sólo, tiene los ojos abiertos, pero no es capaz de hablar nada. Imagina la situación que vive la familia.
Al día siguiente, recibí un whatsApp de Elena, la chica que conocí en el McDonalds que me dijo que tenía cáncer (¿la recuerdas?). Me contaba que había tenido que volver a la Paz, porque le ha salido otro bultito en el mismo lugar y que pronto la iban a operar de nuevo.
A ver, a ver si me explico. No tiene sentido intentar evitarlos. Porque a veces las cosas pasan. Un aborto es algo que no puedes prevenir. Pasa, y ya está. Un ataque epiléptico (aunque estés con medicación), pasa, y ya está. Un bultito… pasa, y ya está.
Siempre que hablo de este tema, me viene la cabeza una de las frases que más me han marcado en mi vida: “ser feliz no es carecer de problemas, sino conseguir que estos problemas, fracasos y dolores no anulen la alegría y serenidad de base del alma” de Martin Descalzo. Martin Descalzo apostaba por construir la base del alma, esa piedra sólida en la que uno está “pleno de la seguridad de que su vida sabe adónde va y para qué sirve, sabiéndose y sintiéndose nacido del amor”. Cuando uno tiene esa piedra sólida bien construida, cuando uno se apoya en la base del alma, cuando uno tiene esa alegría primordial e interior, ningún dolor, ninguna amargura (¡¡que siguen ahí!!) consiguen minar ni resquebrajarla.
El primero es cuidando, construyendo tu piedra troncal, la base de tu alma. El segundo, observando la multitud de cosas buenas que este precioso mundo tiene para mostrarnos, observando la multitud de gente que nos ama, observando nuestras huellas.
¿Te apuntas a mostrar al mundo otra manera de vivir? J.
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Estoy totalmente de acuerdo.
Así es y es el camino para valorar la vida y seguir con nuestro reto de superación personal.
bss
Inma
Elida bienvenida de nuevo, te echaba de menos!
Enrique
Grande, Elida, grande!!!!. Suscribo cuanto escribes.
Lo voy a compartir con mis amigos.
Doy fe en primera persona de que cada palabra que escribes la has sufrido en propia carne, de ahí que tu testimonio sea todo un ejemplo de como no perder la alegría pese a las circunstancias.
Gracias, Elida!!
Luis
Gracias, preciosa
Mónica
Siempre cuando sucede o nos ocurre algo que nos afecta digo por algo será.
Y cuando me dicen y por qué ha pasado esto. Mi respuesta es la misma , y porque no?
Sagrario
Pues si, Inma.
Al final delante de nosotros tenemos siempre dos caminos. Uno nos lleva a la infelicidad y el otro nos lleva a la Felicidad.
En nuestras manos está el elegir uno u otro. Lo que pasa es que, normalmente, el camino que va a la Felicidad suele ser tortuoso, áspero, de aspecto poco agradable. En cambio, el otro suele tener una aspecto mucho mejor.
Con un ejemplo se explica mejor: un camino vendría envuelto en un papel precioso, mientras que el otro viene envuelto en un papel horrendo. Sólo quien se atreva a coger el regalo envuelto en papel horrible… cogerá el camino que nos lleva a la felicidad.
Besos, guapa!
¡Gracias Enrique!
Tras un descanso completo (con desconexión incluida, jeejeje ), ya tenia ganas de volver!
¡Besos!
¡¡Gracias, Luis!! Ahora toca vivir atreviéndonos a ser FELICES…. por encima de cualquier cosa que nos toque vivir!
¡Un beso!
¡Gracias a ti, Mónica!
Espero que te sirva.
Besitos!
Sagrario, la verdad es que coincido contigo en que todo lo que nos sucede, es por algo. Y es una buena pregunta la que haces a los que te preguntan el Por qué.
¿Y por qué no?
Yo, sin embargo, en lugar de preguntarme el ¿Por Qué?, prefiero preguntarme el ¿PARA QUÉ? Porque esa pregunta me lleva a respuestas mucho mejores para mi.
Te invito a leer lo que escribí en mi blog sobre las preguntas que nos hacemos. (es de Octubre de 2013, se titula ¿Qué te preguntas?)
http://www.mas-coaching-ie.com/…/hace-unos-dias-he…
Un beso Enorme!
Elida, tus palabras me han hecho recordar lo que me sucedió en estos días. Vuelvo de vacaciones esperando una mejora de contrato que me habían ofrecido en el trabajo, y resulta que no sólo no ocurre, sino que me reducen jornada y sueldo (por razones ajenas a mí).
Fue un chasco, y grande, ya que la economía de mi casa depende de mis ingresos. Y entonces mi compañera de trabajo me comenta: "qué bien lo estás llevando, yo estaría todo el día enfadada". A lo que yo le respondo: "¿y qué gano con eso? Ya lo he hablado y dejado claro a la supervisora, estoy buscando opciones…y sobre todo, ni vosotras ni los pacientes tienen la culpa de nada!!"
Lo cierto es que en otras ocasiones, un contratiempo como este lo habría llevado mucho peor, tal vez con dramatismo, con angustia. Pero ya sé que eso no serviría de mucho…o mejor dicho, de nada.
Ya no confundo resignación con aceptación, ni serenidad con dejadez o apatía. Por eso pienso seguir disfrutando con lo que hago , y sobre todo sonriendo: a mi supervisora, mis compañeras, mis pacientes…y todo aquel que se me cruce!
¡¡Amiga, qué grande eres!!
Me encanta lo que me has contado. Sobre todo, especialmente, lo que dices de que "Ya no confundo resignación con aceptación; ni serenidad con dejadez o apatía…"
Efectivamente, para mí la clave está justo en la actitud que tú tienes con los problemas que te surgen: los problemas, muchas veces, no puedes cambiarlos. Sin embargo, la actitud depende SOLO y EXCLUSIVAMENTE de ti.
Es cierto que lo que me has contado produce chasco. Es totalmente normal que quieras (y debes hacerlo) seguir luchando por conseguir esas mejoras prometidas. Incluso sería normal si, si al final no se producen mejoras en tu puesto, te plantearas buscar otro trabajo.
Todo eso es normal.
Y todo eso lo puedes vivir desde el enfado o desde la ALEGRÍA. Y sé que tú sabes la diferencia en lo que surgiría en ti y en los demás si lo haces desde un lado o desde el otro.
Gracias por compartir tu experiencia. Estoy convencida de que cuando compartimos nuestras experiencias, nos vamos ayudando a todos a crecer más.
Besos, amiga.