Nuestras huellas

He comenzado la nueva edición (¡y ya es la quinta!) del curso de Experto Superior en Coaching Profesional, en Zaragoza. La verdad es que estoy encantada. Al principio me dio algo de vértigo: ¡¡¡son 20 alumnos!!, pero después del primer fin de semana compartiendo alma y conocimientos, estoy encantada con ellos. ¡¡Prometen mucho!!

El Lunes, tras terminar el módulo, les mandé un correo y, entre otras cosas, les pedía su feedback sobre mi habla. Desde que me dio el Ictus, no hablo del todo bien, y a veces se me atasca alguna palabra, a veces no recuerdo alguna expresión, a veces cambio las silabas… y me preocupa si, por ese motivo, no me entienden los alumnos. Y quiero compartir contigo una respuesta que me ha mandado una alumna, Nieves.

Dice: “El primer encuentro contigo y con el Coaching no ha defraudado para nada mis expectativas. Todo lo contrario. Fue muy didáctico, muy ameno y muy “removedor”. Me parece increíble que en tan poco tiempo, fueras capaz de abrirnos los ojos (al menos a mi), sobre cosas tan relevantes, que no siendo nuevas en algún caso, todavía no había conseguido interiorizar como lo hice el fin de semana pasado.

Personalmente, después de un rato (ni siquiera tuve que esperar mucho), tuve la certeza de que éste es el camino que quiero seguir, que tampoco me he equivocado sobre quién quiero que ilumine mi recorrido y que el grupo de personas que conocí el otro día me va a aportar muchísimas cosas interesantes con las que seguro podré llegar más lejos. No sé adónde me llevará ni cuánto me costará recorrerlo. Pero sé que es por aquí.

Creo que todos coincidimos en que te pudimos seguir muy bien. Y no solo eso; en mi caso en particular, cada vez que te oía comerte una sílaba o no encontrar la palabra buscada o escribir sin soltura y concentrada en el siguiente trazo (como estamos acostumbrados a ver escribir a los niños), venía a mi cabeza la imagen del esfuerzo que has debido hacer para recuperar tu capacidad de comunicarte después de una experiencia tan dura. Y, créeme, esta imagen a mi me resulta muy inspiradora y me transmite mucha fuerza y mucha energía. Así que gracias por tu sabiduría, por cómo nos abre los ojos, por tu cercanía, por la coherencia que irradias y por tus “bailes” de sílabas.”

Reconozco que me emocionó verme como ella me describía: como si fuera un niño pequeño, escribiendo sin soltura y concentrada en el siguiente trazo. ¡¡Porque es verdad!! Me da mucha pena, ¡¡pero es verdad!! Pero, al mismo tiempo, me encanta ver que eso, mi testimonio vivo, puede resultar inspirador a otra persona.

De hecho, al final del módulo, pedí a cada uno un resumen de lo que más le había llamado la atención de lo que habían aprendido esos dos días. Y un alumno, Ivan, dijo algo que me sorprendió. Dijo: “me llevo que con voluntad y esfuerzo se puede conseguir todo. Estoy impresionado”. Y me sorprendió, porque no habíamos hablado nada de eso en el módulo. Pero, como sé que la persona es muy grande y que a veces se da cuenta de cosas que yo no me doy cuenta, le pregunté: “¿Y en qué, de lo que hemos dado en este módulo, has sacado ese aprendizaje?”. Y él me contestó: “Cuando te presentaste, cuando nos contaste tu experiencia con el ictus, y vi todo lo que habías tenido que luchar para empezar a hablar de nuevo, a andar de nuevo… y aprendí que cualquier persona si tiene voluntad y esfuerzo, puede conseguir lo que quiera”.

He de reconocer que, cuando me presenté, estuve a punto de no decir nada acerca de mi ictus, porque no quiero anclarme en eso. Pero, al mismo tiempo, como profesora soy consciente de que a veces no hablo todo lo bien que me gustaría. Así que decidí decírselo, para luego pedirles que si no me entendían con algo que me lo dijeran con sencillez.

Y me sorprendió ver que efectivamente es algo que resuena por dentro. Y que la gente necesita escuchar mi testimonio. Y lo digo con mucha humildad. A veces las palabras no llegan tan lejos como el ejemplo de nuestro testimonio.

Al final nuestros pasos son nuestro testimonio. Y vale más que lo que decimos. Te muestras con tus pasos, tus huellas que otras personas pueden seguir. Y tú, ¿qué muestras con tu vida?

 

¡Si consideras que puede servirle a alguien, compártelo!
16 Comments
    • Anónimo
    • 23 octubre, 2014
    Responder

    Enhorabuena Elida !eres muy grande!

    Te seguiré siempre.

    Bs, Inma

    • Anónimo
    • 23 octubre, 2014
    Responder

    Menudo ejemplo Elida!!!

    Mamen

  1. Responder

    Inma, eres un cielo!!

  2. Responder

    Mamen, un beso enorme!

    • Anónimo
    • 23 octubre, 2014
    Responder

    Uffff Elida gracias por compartirlo. No sabes como llegan hoy tus palabras.

    Mañana después de siete años y después del ultimo con mucha quimio, vuelvo a dar una conferencia. Sólo te diré…. Que leerte me ha dado la fuerza y tranquilidad necesaria para sólo disfrutarlo.

    Gracias y enhorabuena…..

    Un beso enorme!

    Begoña

    • Anónimo
    • 23 octubre, 2014
    Responder

    Enhorabuena Elida!!!

    La vida es difícil y realmente hay muchas ocasiones que no valoramos lo que tenemos: ver, escuchar, andar, amigos, familiares, la vida … Tal vez lo difícil es no caer en las garras del día a día, de la rutina de lo ordinario.

    Una vez escuche que la infancia pasa despacio porque cada día aprendemos muchas cosas, porque miramos con asombro…Cuando nos hacemos mayores…pensamos que lo sabemos todo. Mirar la vida con nuevos ojos es duro, pero también es un reto que permite crecer y ser mejor persona.

    Gracias por compartir tus experiencias.

    Tomás

    • Anónimo
    • 23 octubre, 2014
    Responder

    Gracias por tus palabras Elida!

    Es cierto, yo soy consciente de que mis pasos dicen cosas a otras personas; y que no podemos negarnos a nosotros mismos, eres tú y tus circunstancias.

    Es muy valiente por tu parte decir lo del ictus, y como ves, la respuesta es proporcional a tu valentía.

    Un beso!

    Ana N.

    • Anónimo
    • 23 octubre, 2014
    Responder

    Excelente documento Elida…

    Ase

    • Anónimo
    • 23 octubre, 2014
    Responder

    Uy Elida, me ha llegado muy hondo.

    Primero, no sabía lo que te había pasado, y segundo, leer tu mensaje me ha confrontado bastante con lo que estoy haciendo con mi vida y con la actitud que suelo tener desde hace tiempo.

    Muchas gracias y me alegro mucho de tu amistad.

    Un gran abrazo.

    Leticia N

    • Anónimo
    • 23 octubre, 2014
    Responder

    Enhorabuena por seguir "removiéndonos" como decía tu alumna Gracias por compartir tus experiencias también con nosotros. Un abrazo desde el corazón.

    Almudena

  3. Responder

    Begoña, cuanto me alegra leer lo q has puesto. Que bien que te haya ayudado a sacar lo mejor de ti. Tengo muy claro q tienes mucho dentro …y que los demás necesitan q se lo muestres.

    Que te vaya muy bien!!

    Élida

  4. Responder

    Tomás, me encanta el enfoque que has puesto. Efectivamente, de niños aprendemos mucho, porque ponemos otra mirada. De hecho en otro post quiero hablar de ello. ¡Gracias!

  5. Responder

    Gracias, Ana N.!!! Efectivamente, nuestros pasos dicen muchas cosas de nosotros a los demás.

    ¡Me ha encantado lo q he leído en tu blog!!

  6. Responder

    Gracias, Ase

  7. Responder

    Leticia, ¿no lo sabias?

    Me dio un ictus a los 14 dias de nacer Alex, mi segundo hijo.

    Y la verdad es que, al final ha sido un tiempo muy privilegiado para mi, porque mas allá del dolor, de tener que aprender (de nuevo) a hacer cosas "normales" que olvide (como andar, hablar, escribir, limpiarme los dientes, etc.) mas alla de eso, ha sido una preciosa oportunidad para recibir el amor de taaannnttaaaa gente (conocida y desconocida) y el Amor de Dios, que solo puedo darle gracias por mi ictus.

    Y a tu situación particular, piensa: "¿que me gustaría vivir y mostrar a los demás?".

    Un beso enorme!!

    Yo también me alegro de ser tu amiga!!!

  8. Responder

    Almudena, gracias a ti por caminar a mi lado!!

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